martes, 8 de marzo de 2011

El derecho del hombre a que se respete y valore su vida familiar


El derecho humano al respeto de la vida familiar


La monstruosa y repugnante \"Ideología de Género\" es una de las estrategias más exitosas de cuantas se han puesto en marcha desde el Sistema, para pervertir el Orden Natural y destruir la familia.

La familia molesta porque es una fuente de amor inagotable. En la medida que se daña a la familia y se disocia el sexo de la procreación, el individuo se embrutece y deshumaniza, incapacitándolo para la entrega de amor y confianza inherente al deseo de la paternidad y de la maternidad ¿Por qué? Porque el objetivo final es el control de los individuos y la reducción drástica del número de seres humanos sobre el planeta. Se procura la deshumanización de la sociedad.

El desigual trato que la “justicia” procura a los cónyuges en conflicto, no es fortuito: es el fruto de una política verdaderamente satánica, que busca sembrar el odio entre aquellos que juraron amarse, y en absoluto busca una disminución de los conflictos familiares, sino más bien al contrario, como lo demuestras las estadísticas siempre crecientes, de maltratos, asesinatos y suicidios relacionados a la vida conyugal.

Indudablemente, un trato equitativo y justo que calibrara la realidad familiar y no fuese “ciego” al comportamiento inmoral de cualquiera de los implicados (y no una simple asunción de que la mujer ha de ser SIEMPRE, por ser la parte más “débil”, la favorecida), evitaría muchas injusticias y muchos sufrimientos. Es por ello que en Cruz de San Andrés consideramos que en general, la Custodia Compartida y la vigilancia para evitar el Síndrome de la Alienación Parental, son dos herramientas imprescindibles para mitigar el sufrimiento de una situación de por sí injusta e indeseable para todos.

Por todo ello os animamos a participar en el "III Congreso Internacional sobre el Síndrome de Alienación Parental y la Custodia Compartida"

Efrén de Pablos


Puedes leer la invitación al Congreso, cliqueando en
este enlace



Un padre y un hijo lloran desconsolados ante una sentencia injusta que les separa.

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